Friné o el arte del desnudo ( II )

La mitología griega también daría cuenta de la belleza en la desnudez de la mujer. Las tres gracias, Aglaya (Esplendor), Eufrosina (Alegría) y Talía (Regocijo), serían plasmadas por Rafael y Rubens en dos cuadros con dos visiones completamente distintas del desnudo. Mientras Rafael, en 1504, da a su obra un sentimiento de castidad y pureza (ideal griego) y pintura propiamente del Renacimiento, Rubens, en 1637, pinta mujeres con cuerpos blandos y opulentos, utilizando los tres colores primarios, (amarillo, azul y rojo) propio de la pintura flamenca y el barroco.

La Maja desnuda, Francisco de Goya, 1797-1800

La obra de Rubens será testigo de un cambio en la concepción de la belleza femenina y el desnudo, que a lo largo de la historia seguirá sufriendo transformaciones. De la desnudez femenina casta y pura, se pasará a una sensualidad discreta para llegar a pinturas en 1647 como la "Venus del Espejo" de Velásquez quien trata a la mujer desnuda, ya no como una diosa, sino simplemente como una mujer común y corriente en una actitud erótica. Es decir, los mitos griegos, ya no pertenecen a una casta privilegiada, sino pasan a ser parte del imaginario colectivo del pueblo.

Pero no será hasta 1815, donde se verá un gran cambio en la concepción del desnudo femenino, cuando la Inquisición española acusará a Francisco de Goya por "La Maja Desnuda" en donde aparece pintado por primera vez el vello púbico femenino, resaltando el erotismo en el cuerpo de la mujer. Manet, el pintor francés, en 1863, también escandalizará a su época con su pintura "Olympia" presentada en el Salón de París. No solo por la composición, sino porque además, la modelo, Victorine Louise Meurent, era una pintora francesa conocida, con quien Manet mantenía una relación. El contraste entre la claridad del cuerpo, de la modelo con el color de piel de la esclava negra, la orquídea, el gato negro, son solo algunos de los ingredientes que hacen que este cuadro haya provocado el escándalo en la sociedad parisina.