La cultura mosaico


Wassily Kandinsky, Farbstudie Quadrate

Este tipo de montajes, collages o mosaicos si se prefiere abundan en las ciudades actuales y representan un sentir y latir propio de cada una de ellas desde su mismo pulso y traducen la identidad de cada una de ellas. Los collages visuales de las grandes avenidas de Nueva York son distintos completamente a los de Londres o Paris, pero no por ello dejan de alguna forma de representar la identidad de cada una de esas grandes urbes. En este sentido la red presenta continuamente este tipo de creaciones. Quizás en muchos casos de una forma fortuita o quizás tan sólo porque reflejan una manifestación de la cultura en mosaico en la que se vive, pero lo cierto es que a partir de allí las imágenes sobre lo artístico han cambiado. 


El concepto de “lo tradicional” en este sentido también se desafía y aparecen nuevas formas de creación, a partir de obras de arte ya conocidas. Esto sucede porque las mismas formas de producir, difundir y ejecutar las cosas han cambiado gracias a las tecnologías. Lo mismo sucede con las herramientas que aparecen en la nueva era de digitalización de la imagen. Como las técnicas en las formas de producción de imágenes cambian, los contenidos cambian y sobre todo si se presentan en nuevos contextos globalizados. El arte en la época de la reproductibilidad técnica de alguna manera es diverso y rompe con los cánones establecidos de la tradición. También los espacios cambian y se convierten en espacios virtuales, donde de alguna manera es muy difícil entender el contexto de copia de una obra de arte. Ya que las obras entran en un proceso de distribución casi interminable, pues las imágenes de las obras se reproducen para cualquier internauta. Es decir, en la actualidad por ejemplo, la imagen de la Mona Lisa puede ser recuperada en cualquier parte del mundo. Estos procesos hacen que cada obra tenga una cantidad de lecturas y relecturas de acuerdo al contexto en que se utilicen.


Además de la tecnología y la importancia de ella en los medios de comunicación, las sociedades de consumo han originado la aparición de estas nuevas formas de comprender y consumir el arte. Las imágenes, antes casi inaccesibles a las grandes masas, ahora son de alguna manera banalizadas a través de las sociedades de consumo. En el mismo ejemplo, la pintura de la Gioconda puede aparecer ahora en una cantidad de camisetas que usan desde niños hasta adultos. El aura, como lo afirmaba Benjamin, ha desaparecido para darle otro contexto a la obra. Y muchos de estos contextos tan solo pertenecen a lo que la gente llega a captar de lo que se habla de la obra a través de los medios de comunicación masiva. Es decir, muchas personas ni se molestan en viajar a conocer el cuadro en su contexto original.


Esto se traduce a otro tipo de lenguajes como la moda por ejemplo. Destacados diseñadores rescatan ciertas obras artísticas y las traducen a sus creaciones, convirtiendo luego las mismas en reproducciones de obras de arte. Pero así como las obras se reproducen, también las identidades y las formas de actuar se reproducen a nivel mundial. No es casual que determinados tipo de comportamientos sean, sino parecidos, casi idénticos en diversas ciudades muy alejadas entre sí.


Pero este proceso no es algo nuevo, ha estado presente casi en algunas de las creaciones artísticas desde el arte del Paleolítico, en donde las representaciones de los animales buscaban ser una copia de la naturaleza y muchos copiaban de esas pinturas para crear otras. Luego, los hombres se inclinarían a ser más sofisticados dentro de este proceso. “La obra de arte ha sido fundamentalmente susceptible de reproducción. Lo que los hombres habían hecho, podía ser imitado por los hombres. Los alumnos han hecho copias como ejercicio artístico. Los maestros las hacen para difundir las obras, y finalmente copian también terceros ansiosos de ganancias. Frente a todo ello, la reproducción técnica de la obra de arte es algo nuevo que se impone en la historia intermitentemente, a empellones muy distantes unos de otros, pero con intensidad creciente. Los griegos solo conocían dos procedimientos de reproducción técnica: fundir y acuñar. Bronces, terracotas y monedas eran las únicas obras artísticas que pudieron reproducir en masa. Todas las restantes eran irrepetibles y no se prestaban a reproducción técnica alguna. La xilografía hizo que por primera vez se reprodujese técnicamente el dibujo, mucho antes de que por medio de la imprenta se hiciese lo mismo con la escritura. Son conocidas las modificaciones enormes que en la literatura provocó la imprenta, esto es la reproductibilidad técnica de la escritura”. (Benjamin, 1989, p.2)

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